lunes, 29 de junio de 2009

LA REVOLUCIÓN EDITORIAL

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El concepto:
Literatura Indie* es una editorial alternativa e independiente que mira hacia el futuro.

Gracias a las nuevas tecnologías, el proceso editorial poco a poco se está transformando para dar paso a una manera distinta de entender la publicación, promoción y venta del libro. Ahora, por medio de Internet, los lectores pueden acceder a los contenidos literarios de manera directa, y así elegir y comprar las lecturas de su conveniencia sin acudir a una librería. Los escritores, del mismo modo, pueden ir al encuentro de los lectores sin intermediarios, para ofrecer su trabajo y así acortar la distancia entre las partes y establecer una más estrecha relación. También, la aparición del libro electrónico, tipo “Kindle”, que en el futuro se supone será de uso generalizado, viene a modificar, desde otra perspectiva, el formato tradicional del libro. Asimismo, las nuevas tecnologías de impresión permiten la publicación, de manera más o menos sencilla, del libro en formato tradicional y en número de acuerdo a su demanda.

Todo esto, sin duda, viene a modificar una industria editorial que a la fuerza hay que entender desde parámetros inéditos, pues muchos de los lectores del futuro están ahora sentados frente a la pantalla de una computadora, y en el medio cibernético buscarán los libros que quieran leer.

Ante esta situación, de manera gradual, irán perdiendo peso en el negocio editorial los intermediarios que tienen el dominio sobre todo un proceso que al final termina con el libro como producto en una librería. La figura del “editor”, hoy en día tan desprestigiada por la baja calidad de los contenidos que muchos de ellos promueven, irá desapareciendo con el paso de los años, al mismo tiempo que los autores logren vender su trabajo de manera directa. Los lectores inteligentes, por su parte, ya se van dando cuenta de que muchos sellos editoriales no son garantía de calidad, y que los autores, los que no forman parte de un mundo editorial dominado por la banalidad, buscarán la salida de publicar su trabajo de manera independiente, y bajo esta sinergia se establecerá una correspondencia que dará validez a los que decidieron no traicionar sus ideales de honestidad literaria.

Así, bajo esta dinámica, es como nace Literatura Indie*.

Literatura Indie* es una editorial que no sigue los cánones del mercantilismo.

Literatura Indie* no es una representación teatral de algo que dice ser; Literatura Indie* es.

Literatura Indie* es una alternativa frente a la banalidad de la sociedad de consumo y la industria del entretenimiento, porque va en busca de la esencia artística.

Literatura Indie* es una editorial impregnada de futuro.

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2 comentarios:

nancy dijo...

orales esta suave, felicidades, nada mas que en una entrada antigua, utilizan el concepto "supermoderna" de donde, me explicas un poco, cuando dejamos la pstmodernidad?
saludos

Pablo Paniagua dijo...

Hola, Nancy.

La postmodernidad acaba con la caída del Muro de Berlín.

Si quieres saber más, aquí te dejo la dirección de "El Mono Cibernético" http://www.ellibrepensador.com/el-mono-cibernetico-una-blognovela-de-pablo-paniagua/, blognovela de la cual extraigo el siguiente capítulo:


CAPÍTULO 32- 15/06/09

¡La Época Postmoderna ha muerto! Muchos hablan de la postmodernidad como si todavía estuviéramos inmersos en ella y mastican dicha palabra porque suena muy bonita, muy interesante, sin saber realmente lo que es. Resulta una falacia decir que es una época de desencanto y de renuncia a las utopías, cuando en 1968 la juventud occidental se rebela contra el poder, y luego el movimiento hippie trata de cambiar, mediante la revolución psicodélica, la concepción clásica de entender la realidad. Éstas son formas de reivindicar la utopía, así como el sistema socialista en su lucha como modelo frente al capitalismo. La Época Postmoderna comenzó en el arte con la rivalidad entre el objeto y el concepto, y en el ámbito sociopolítico con la lucha entre el capitalismo y el comunismo; y su final, con el triunfo del concepto sobre el objeto en una dispersión del arte a escala mundial; y en la política, con la supremacía del capitalismo sobre el comunismo y la consecuente expansión del modelo neoliberal en eso que se conoce como globalización. La postmodernidad acaba, simbólicamente, con la caída del Muro de Berlín.

Coincidentemente, acompañando a esta globalización, apareció la red de redes, el Internet, que promueve una cultura global encaminada a difuminar las barreras culturales y que da paso al nacimiento de la Época Supermoderna. La tecnología, desde entonces, modela y condiciona la vida de una gran mayoría de los habitantes del planeta, y el desarrollo evolutivo de nuestra especie. Pero la civilización supermoderna, sin embargo, emerge con sus fundamentos corruptos. El consumismo y la adoración al becerro de oro trascienden a una banalidad generalizada y a una consecuente pérdida de los valores elementales. El éxito se concibe únicamente como fin del logro económico, en una asociación ahora indisoluble. Tanto tienes, tanto vales; y la apariencia te otorga el privilegio de ostentar una posición social. Y es que la economía mundial, el sistema de nuestra civilización, se basa en un mecanismo de intercambio comercial viciado por la avaricia, pues las “bolsas de valores y mercados cambiarios” no son nada más que “casinos” o “casas de apuestas” donde se juega con el futuro y la dignidad del ser humano. ¿No sería más lógico que el sistema económico estuviera encaminado a promover el bien común y no a procurar el beneficio de una minoría? ¿Por qué la avaricia y la especulación son los fundamentos de dicho sistema? ¿Este “mundo ideal” es lo máximo que podemos lograr como especie?

La Humanidad se rige por un sistema económico de cimientos débiles, incapaz de sostener toda la inmundicia que genera, y más cuando la crisis sacude a un modelo que, por su propia sinergia, camina hacia el caos.

¿No se han enterado que la sombra de la distopía nos acecha?